jueves, 3 de diciembre de 2009

Sexualidad y Discapacidad



La sexualidad, es una dimensión de la personalidad que está presente en la conducta humana; es una energía que integra el comportamiento del individuo en su globalidad.


La sexualidad es una función biológica y también es la más profunda fuente de encuentro, intimidad y comunicación de sentimientos y afectos a lo largo de toda la vida de las personas y de su ciclo vital.


Los actos humanos y en especial los actos sexuales “requieren que el individuo los realice con plena conciencia y total libertad, para que moralmente pueda ser responsables de ellos.


Para los partidarios de la autonomía moral, la persona debe inventar las normas morales. Para los defensores de la heteronomía moral, la persona debe regirse por normas objetivas, universales y trascendentes”


La discapacidad en una persona puede tener un origen orgánico o físico, pero también psicológico. Sea cual fuere su origen debemos atenderlos, orientarlos y, ante todo, educarlos en la esfera de la sexualidad, ya que de no suceder esto, las consecuencias podrían ser determinantes de mayor invalidez.


Declaraciones de los Derechos Fundamentales: derechos humanos, derechos del niño, derecho de la familia, derechos de la mujer etc


Los discapacitados manifiestan emociones e impulsos sexuales similares a los de los demás miembros de la sociedad, como es lógico con menos conocimientos y esto hace que se conviertan en individuos con menos posibilidades de resolver las diversas dificultades que en este sentido pueden surgir. Las familias y el personal especializado muchas veces dedican más tiempo a la educación y la rehabilitación en sentido general, pero no tanto a la educación de la sexualidad.


“Cada individuo, no interesa cuál sea su discapacidad, tiene derecho al libre acceso a la información necesaria sobre la sexualidad, y lo que es más importante, cada persona tiene derecho a la expresión de su sexualidad”.


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